Mi cliente me quiere pagar con un bien inmueble un trabajo, ¿es posible?

En ocasiones, el ejercicio profesional nos lleva a situaciones poco habituales: una empresa para la que has trabajado no te paga en dinero, sino con un bien. Por ejemplo imaginemos que tu cliente te quiere pagar tus honorarios mediante la cesión de una plaza de garaje, un terreno, una vivienda, etc. Este tipo de operaciones, aunque poco frecuentes, son perfectamente legales… siempre que se hagan correctamente.

A raíz de esa experiencia, quiero compartir cómo debe estructurarse una retribución en especie de este tipo para que sea válida y, sobre todo, fiscalmente eficiente.

1. ¿Qué tipo de operación es?

No estamos ante una donación ni una compraventa clásica, sino ante un pago en especie o dación en pago. En términos simples, se trata de sustituir el dinero que la empresa me debía por la entrega de un bien inmueble. Jurídicamente, la operación tiene la misma validez que si me hubieran abonado la factura en metálico.

2. La documentación correcta

El primer paso es siempre emitir la factura profesional correspondiente, incluyendo el IVA si procede, exactamente igual que si el pago fuese en efectivo. A continuación, ambas partes formalizan una escritura pública de transmisión ante notario. En ella se hace constar que la plaza de garaje se entrega como compensación de los honorarios profesionales reflejados en la factura.

De esta forma, la empresa me transfiere la propiedad del bien y yo le otorgo plena carta de pago por mis servicios.

3. Implicaciones fiscales

Desde el punto de vista tributario, el hecho de recibir un bien en lugar de dinero no cambia la naturaleza del ingreso. Debo declarar el importe como rendimiento profesional en mi IRPF, calculado por el valor de mercado del inmueble. Asimismo, debo repercutir el IVA en la factura, aunque no exista pago en efectivo.

La empresa, por su parte, puede deducirse ese IVA (si no está exento) y contabilizar el inmueble como transmitido, reflejando la eventual ganancia o pérdida patrimonial.

4. Evitar errores comunes

A menudo, cuando estas operaciones no se documentan bien, Hacienda puede interpretarlas como una donación encubierta o incluso como una operación vinculada con sanciones o ajustes de valor. Por eso, es fundamental:

• Aportar una tasación objetiva o valor catastral actualizado.

• Reflejar con claridad en la escritura que se trata de un pago en especie por servicios profesionales.

• Conservar la factura y la escritura como soporte documental ante cualquier comprobación.

5. Alternativas que también pueden valorarse

En algunos casos, puede convenir formalizarlo como una venta del garaje con compensación económica, o mediante una permuta de derechos si se trata de sociedades. Todo dependerá de si el inmueble es nuevo o usado, de si la operación lleva IVA o ITP, y del perfil fiscal de ambas partes.

6. Conclusión

Aceptar una plaza de garaje como pago profesional puede ser una forma interesante y legítima de cobrar un trabajo, pero exige un tratamiento técnico adecuado. La clave está en documentarlo correctamente —factura más escritura pública— y en declarar los impuestos de forma coherente con el valor real del bien.

De ese modo, la operación no solo será segura y transparente, sino que permitirá optimizar la carga fiscal dentro del marco legal.